Los algoritmos, las reglas secretas de la vida moderna

En el árabe es donde podemos encontrar el origen etimológico del término algoritmo que ahora vamos a analizar en profundidad. Más exactamente se halla en el nombre del matemático Al-Khwarizmi, que nació en la Edad Media en una de las zonas de lo que hoy se conoce como Uzbiekistán, en Asia central…

 

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(Foto: Thinkstock)

En Bagdad fue donde este desarrolló gran parte de su carrera y es que hasta allí se trasladó por orden del califa, para crear un centro superior de investigaciones científicas que se llamó Casa de la Sabiduría. Diversos tratados de álgebra o astronomía fueron algunos de los trabajos que realizó dicho sabio que también ha dado lugar a la creación de otra serie de términos científicos tales como álgebra o guarismo.

Tal fue la importancia que tuvo dicho personaje histórico que actualmente está considerado no sólo como el padre del álgebra sino también como quien se encargó de introducir nuestro sistema de numeración. Se denomina algoritmo a un grupo finito de operaciones organizadas de manera lógica y ordenada que permite solucionar un determinado problema. Se trata de una serie de instrucciones o reglas establecidas que, por medio de una sucesión de pasos, permiten llegar al  resultado.

Si bien los algoritmos suelen estar asociados al ámbito matemático no siempre implican la presencia de números. Sin que nos diéramos mucha cuenta, parte de la vida moderna traspasó el mundo de la numerología. Los algoritmos se ocupan de todo, desde los buscadores en Internet hasta los sistemas de navegación y la seguridad de las tarjetas de crédito. Nos ayudan incluso a conocer el mundo, encontrar el amor y salvar vidas.

Ejemplo masivo

Una de las áreas que los algoritmos han transformado es el comercio. Desde librerías hasta supermercados, incluyendo a gigantes como Amazon, ofrecen la posibilidad de comprar en línea y, cuando se trata de una empresa grande, todo el proceso está controlado por algoritmos.

La cadena BBC visitó Ocado, un supermercado británico exclusivamente virtual que depende de ellos para mover dos millones de ítems diariamente. La planta de Ocado es enorme, variable y movible. «La complejidad de todo esto supera al hombre. Es en estos casos que entran en juego los algoritmos», señala Paul Clarke, el director de tecnología de la firma. Por todos lados, la mano invisible de los algoritmos está presente.

  • Algoritmos predictores revisan y abastecen las existencias de más de 43.000 productos, anticipando la demanda del consumidor.
  • Algoritmos para controlar el sistema organizan el tráfico de más de 7.000 canastas que viajan por la planta.
  • Algoritmos de ruta controlan el movimiento de una flota de más de 1.500 camionetas, chequeando más de 4 millones de rutas distintas por segundo.

Y la máquina entera tiene que autoadaptarse continuamente. En otras palabras, aprende sola cómo hacerlo todo mejor, pues la gente no puede ayudar: la máquina se tiene que afinar por sí misma. «En última instancia, los que tienen el control son los algoritmos», reconoce Clarke.

En la vida cotidiana

a) Buscando

Hay más de 100.000 millones de sitios web en el mundo y sin embargo, usando motores de búsqueda como Google y Bing, conseguimos resultados en fracciones de segundo. Eso solo es posible gracias a este mecanismo. Han transformado nuestras vidas clasificando la vastedad de Internet y dándonos resultados relevantes instantáneamente.

PageRank es uno de esos algoritmos. Funciona dándole a cada página web un valor basado en el número de otras páginas vinculadas a ella y en cuán bien calificadas son esas otras páginas. Los buenos algoritmos son muy valiosos para las compañías tecnológicas y PageRank fue crucial para que Google tuviera tal éxito.

Y lo que te aparece bajo «también te puede gustar» en sitios como Amazon, YouTube y Netflix, también es obra de los algoritmos. Son un secreto muy bien guardado, pues son los motores de éxito y rentabilidad.

b) Viajando

Es difícil decir qué fue primero, si el aumento exponencial de viajeros llevó a la necesidad imperiosa de crear algoritmos para manejar la situación o si la creación de estos últimos permitió ese aumento de viajeros. El caso es que asegurarse de que cientos de aviones y miles de pasajeros estén en el sitio indicado a la hora precisa -sin olvidar a la tripulación, el combustible, la comida que se sirve a bordo y el equipaje- se ha vuelto demasiado complejo para los humanos. Pero las computadoras sí pueden ocuparse de la tarea.

c) Haciendo dinero

Más y más matemáticos talentosos están trabajando en el sector financiero creando poderosos algoritmos. Tradicionalmente, las decisiones para hacer inversiones se basaban en la investigación y la intuición. Ahora, con el trading algorítmico, se conecta un algoritmo directamente al mercado electrónico y las transacciones suceden sin la intervención humana. En un mercado cambiante y complejo, estas instrucciones pueden predecir dónde se puede ganar dinero más rápido y con más precisión que cualquier ser humano.

d) Salvar vidas

Definitivamente juegan un rol en este aspecto y las posibilidades son muchas. Para mencionar apenas dos, el poder de los algoritmos ya está salvando vidas, apareando donantes con recipientes compatibles de riñones. Pronto empezarán a ayudar a los neurocirujanos a mapear tumores cerebrales, para que el tratamiento sea más preciso y eficiente.

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«Crystallized Abstraction», obra que la artista Diana Ong hizo con su computadora en 2001. (Foto: Thinkstock)

El futuro de los algoritmos

El futuro es brillante para los algoritmos pues su uso sigue extendiéndose en todas las facetas de nuestras vidas. Pero, ¿podrían llegar a ser tan avanzados como para empezar a hacer mejor que nosotros tareas que siempre hemos considerado como esencialmente humanas?

Ya han sido usados para crear e interpretar música y arte, así como para escribir. En ocasiones, los resultados han sido tan buenos que expertos no han sido capaces de diferenciarlos de los originales. Asimismo, algoritmos de periodismo ya han sido usados para generar noticias.

Alan Turing

No podemos acabar sin hacer alusión a la figura de Alan Mathison Turing (1912-1954) quien es considerado una de las piezas clave en el mundo de la computación, además de contribuir decisivamente en campos como la informática teórica y la criptografía. Entre sus más destacables hitos científicos encontramos: la función calculable, la máquina de Turing, el pre-desarrollo de la computadora Colossus, la desencriptadora Bombe, la prueba sobre inteligencia artificial, además de un largo etcétera de aportaciones conceptuales y técnicas para el desarrollo de la ciencia.

En 1936 publicó el artículo «Los números computables, con una aplicación al Entscheidungsproblem» en el que ya hablaba del concepto de algoritmo y exponía las bases de su máquina de calcular. La máquina de Turing podía llevar a cabo todo tipo de operaciones con la misma lógica que el cálculo humano a partir de ciertas bases como tener un número finito de símbolos, resultados o instrucciones.

Turing también se centró en otra materia: la biología matemática. Su trabajo fue recogido en el libro «Fundamentos Químicos de la Morfogénesis» y estaba enfocado en analizar la existencia de los números de Fibonacci -sucesión de cifras que está presente en la naturaleza de forma estable- en las estructuras vegetales.

Fuentes: Definiciones – BBC – Universitat Pompeu Fabra // Imágenes: Thinkstock

 

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